La paradoja del mañana: el desafío de dar forma a lo que aún no existe

El futuro es una promesa que nunca termina de cumplirse, pero el ahora es real, tangible, y está en nuestras manos transformarlo. Este es el punto de partida de nuestra compañera Alicia que nos trae un interesante artículo sobre los desafíos del mañana. ¿Quieres saber más? ¡Sigue leyendo!

El futuro es una promesa que nunca termina de cumplirse, pero el ahora es real, tangible, y está en nuestras manos transformarlo.

Sé que piensas en el futuro como un horizonte distante, inalcanzable. Pero déjame decirte algo: el futuro no es un lugar al que llegaremos. Es algo que construimos desde el presente, paso a paso. Lo que hagamos hoy, lo que elijas hoy, es lo que definirá ese mañana.

A menudo, cuando miramos hacia adelante, vemos un paisaje lleno de incertidumbres. Y para los más visionarios, también de oportunidades. Te entiendo, liderar en estos tiempos es desafiante. La presión por innovar, por estar a la altura de las expectativas, por no quedar atrás, es constante.

Cuando el cambio es la norma, ¿dónde reside entonces la verdadera innovación?, ¿es la adaptación constante el nuevo requisito para el entorno empresarial?.

Si en tu equipo sentís que cada paso que dais es más una reacción que una elección consciente, es momento de replantear la forma en que observáis el entorno. La clave está en desarrollar una mirada flexible, capaz de encontrar oportunidades incluso en la incertidumbre.

El problema del presente: un entorno impredecible

Vivimos en un mundo que no deja de moverse: digitalización, disrupción de mercados, sostenibilidad, gestión del talento… La lista sigue. La sensación de vulnerabilidad es real, y a veces asusta, lo sé. Pero también sé que cada desafío es una puerta esperando a ser abierta por aquellos que se atreven a mirar más allá del miedo.

Entonces ¿cómo lograr el equilibrio necesario entre innovación y estabilidad? Porque afrontar los cambios desde el miedo sabemos que muy rara vez da un buen resultado. Sin embargo, apostar por la creatividad, la estrategia y las soft skills no solo proyecta el futuro: lo modela.

1. La creatividad como motor de la innovación

Los últimos estudios, realizados por consultoras globales como Deloitte y diferentes reportes de LinkedIn Learning, indican que aproximadamente el 70% de los líderes empresariales están sumamente preocupados por la falta de habilidades interpersonales que nada tienen que ver con herramientas técnicas o el manejo de programas.

Ser creativo no se trata solo de pensar diferente, sino de encontrar formas audaces de avanzar cuando el camino no está claro.

Imagina un espacio donde tú y tu equipo podáis romper barreras, explorar nuevas ideas y convertirlas en soluciones tangibles. Eso es lo que el pensamiento creativo aplicado hace posible.

La creatividad es compleja porque no habita en la teoría, ¡sino en el hacer!. Hay que experimentarla, fallar, improvisar y hay que hacerlo asiduamente. Como cualquier otro músculo, la creatividad se puede entrenar. Evidentemente, este entrenamiento no sólo necesita de constancia, tiempo y un espacio sin juicios para desarrollarse con libertad, sino de estar atento a momentos sencillos en los que de repente se prende una chispa; conversaciones inesperadas, ideas contrarias, preguntas más allá de lo obvio…

Hay decenas de libros maravillosos para entrenar el pensamiento creativo y la mirada, pero siempre necesitarás poner todo eso en acción. Por eso los talleres prácticos son tan efectivos, porque permite a los equipos co-crear juntos, fortaleciendo la cohesión y la comunicación.

2. La estrategia como guía en tiempos inciertos

Según el diccionario la estrategia es un arte: el arte de dirigir operaciones militares, también el arte de tratar un rumbo efectivo y el arte de dirigir un asunto complejo.

Con esto en mente las grandes corporaciones optan por integrar a sus equipos expertos en estrategia, en diferentes áreas, pero entonces, ¿por qué muchas de ellas aún sienten que navegan en la oscuridad? Porque a menudo dicha estrategia se percibe como un plan rígido cuando en realidad debería ser una lista de opciones y caminos por donde llegar a ese destino aunque la carretera principal esté cortada.

Al igual que pasa con la creatividad, la estrategia nos ayuda a ir por nuevos caminos pero sobre todo, a elegir el idóneo para cada meta. Puedo decir con total seguridad que es el mejor plan para guiar la toma de decisiones o salir del eterno parálisis por análisis.

¿Qué herramientas tienes hoy para encontrar el camino adecuado cuando el principal ya no está disponible?.

Hoy, con un simple vistazo en LinkedIn podemos ver que cada vez son más frecuentes los programas educativos que no solo responden a la incertidumbre, sino que anticipan soluciones con materias como el diseño estratégico o el diseño de Futuros. Este creciente interés no es fortuito, sino que es el reflejo del deseo de adelantarse a futuras situaciones, ya que la estrategia incluye herramientas que enseñan a formular las preguntas adecuadas, identificar tendencias y trazar esos caminos flexibles.

Una buena estrategia no elimina la incertidumbre, pero aporta dirección, ilumina el camino y te da las herramientas para avanzar con confianza.

3. Las soft skills: más allá de la técnica, hacia la conexión humana

Que levante la mano quien no haya oído o dicho alguna vez eso de «¡esto no me lo enseñaron en la carrera!» o «si me hubieran dicho que tratar con personas (clientes, compañeros, proveedores, jefes, etc) era tan difícil, me hubiera dedicado a cultivar tomates cual ermitaño». No podemos controlarlo todo ni cómo se comportan los demás, obvio, pero inconscientemente lo intentamos. Lo que sí podemos hacer es adquirir herramientas de inteligencia emocional para tratar con esos detonadores de discusiones y fuentes de frustración constante.

Y es que aunque también nos han dicho «esto no es personal, es laboral» es muy difícil que, por ejemplo, si un proyecto es catalogado como deficiente o perdemos la cuenta de un cliente, o nuestro equipo no responde como necesitamos, no nos afecte a lo personal y a cómo nos sentimos.

Y es que todo esto va de personas. Con la automatización redefiniendo el trabajo en el 85% de las empresas, y la IA apoderándose de cada vez más tareas «humanas», ¿por qué deberíamos apostar por las soft skills y la inteligencia emocional en un mundo que parece mirar para otro lado?.

3.1 Las soft skills en la era de la IA y las máquinas avanzadas: ¿qué las hace irremplazables?

Antes del boom del machine learning y los LLMs (large language models), nos sorprendía y alucinaba mucho más la capacidad que tenían las máquinas y la IA para comprendernos, parecer humanos y ayudarnos a resolver problemas complejos. Hoy, a sólo dos años de su uso a nivel usuario, ya nos parece normal.

Pero aunque la IA puede imitar habilidades interpersonales hasta cierto punto, como reconocer emociones en texto o crear contenido creativo, carecen de experiencias subjetivas, intencionalidad y contexto emocional genuino. Por ejemplo, una IA puede simular empatía cuando conversa contigo, pero no siente ni comprende realmente tus emociones, ni tampoco puede construir una relación emocional con nadie, aunque la imite muy bien. Sólo un ser humano puede hacer eso, y tiene más que ver con la química del cuerpo y la biología que con los más sofisticados algoritmos y softwares.

Y aunque las máquinas pueden generar soluciones innovadoras, esas soluciones siempre estarán basadas en datos, no cuentan con la capacidad de reinterpretar el contexto desde una perspectiva vivencial. Porque la creatividad humana, al igual que la toma de decisiones, se basa en la intuición, las emociones y la experiencia subjetiva.

4. Diseñando experiencias que conecten con la persona al otro lado de la pantalla

La experiencia de usuario no es solo técnica; cada interacción genera una emoción, y las soft skills son clave para diseñarla con impacto.

Vivimos en la era de la experiencia. Tenemos de todo de la mano de decenas de competidores. ¿Cómo elegir, pues? bueno, los datos son muy claros: el 80% de los consumidores eligen marcas que ofrecen una experiencia personalizada.

Un 80 por ciento es mucho «por ciento».

Diseñar pensando en el usuario no es solo una cuestión de estética, es una cuestión de relevancia. Si tu compañía, marca, producto o servicio es capaz de empatizar y ofrecer soluciones que realmente aportan valor, fortalecerás tu posición en el mercado y mejorarás la fidelización. Porque cuando diseñas experiencias que conectan, no solo creas clientes, creas relaciones.

Una apuesta por el futuro

Quizás, después de haber leído todo lo anterior, ahora veas el futuro como un lienzo en blanco que aún está por pintar, pero lo cierto es que la mayoría de las veces no controlamos el resultado general de dicha pintura ya que, tal y como dictaba un juego de nuestra infancia, «¡aquí pintan todos!».

Nos guste o no, el resultado va a ser de todos, pero tú puedes aportar luz sobre tu trozo del papel.
Al fin y al cabo, en un lienzo donde el cambio nunca se detiene, las empresas que invierten en el talento humano están fortaleciendo sus cimientos para un futuro que aún no se ha «pintado».

El futuro que planteamos no va de sobrevivir, sino de encontrar propósito: esa es la apuesta por la creatividad, la estrategia y las soft skills. Creo que todos queremos que los retos se conviertan en oportunidades y el miedo se transforme en motivación, pero por muy duro que suene, nada de eso es posible cuando uno ni está preparado ni sabe por dónde ir.

Como escuela dedicada a la formación y a la capacitación de profesionales independientes como de equipos de empresas, hemos invertido mucho tiempo en aprender de los aciertos y errores, y hemos analizado la importancia de cada una de las temáticas arriba expuestas tanto con emoción como con preocupación; porque el futuro es de todos. Todos lo imaginamos, todos lo creamos, y por supuesto, todos lo compartimos.

¿Cuál es nuestra forma de aportar ese granito de arena al futuro?: nuestro programa formativo para empresas CICLO.

Con CICLO acompañamos a las empresas a enfrentar los retos de construir para un futuro incierto desde distintos ángulos y metodologías: soft skills o habilidades blandas, estrategia, diseño de futuros, experiencias de usuario, liderazgo y talleres transformadores como LEGO® Serious Play®. Soluciones lideradas por personas que llevan años ayudando a las corporaciones y organizaciones a posicionarse con sentido ese futuro que visionamos.

Si has llegado hasta aquí, te quiero compartir las dos preguntas que nosotros también nos hemos hecho:

  1. ¿Qué postura queremos tomar frente a una incertidumbre inevitable: nos preparamos para anticiparnos al cambio, o simplemente reaccionamos ante él?
  2. ¿Tenemos las herramientas para convertir dicha incertidumbre en posibilidades relevantes y sólidas?

¿Y tú? ¿Qué vas a construir hoy para que ese futuro que quieres para tu empresa sea posible?.

Con el deseo de imaginar, crear y compartir un futuro mejor, always with cariño.

 

FUENTES: Global Human Capital Trends by Deloitte, Future of Work by McKinsey, LinkedIn Learning.

Alicia Gutiérrez Barajas

Brand Strategy & Designer | Art Direction | AI trainer: Midjourney & more
Directora de formación InCompany

Directora de formación a empresas de Mr.Marcel School. Entusiasta del mundo de los negocios y la estrategia de marca. Amante del aprendizaje constante y ferviente seguidora de la creatividad y el diseño.

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